Fotografía: Alexis Altuve. Comunidad de la Mesa de los Indios, Municipio Campo Elías, Estado Mérida |
Autor: José Valero.
Cuando comencé a
estudiar fuera del pueblo de La Mesa de los Indios, forme parte de los pasajeros,
que ya venían quejándose del mal servicio de transporte existente desde hace más
de 30 años. Varias mañanas me vine colgado
de la puerta del bus y en otras oportunidades en las busetas con la espalda
doblada.
El servicio desde
sus inicios fue bueno y recuerdo que me comentó mi abuela Elvia Aparicio.
-muchos pero muchos años mas tarde, comenzó a
ser deficiente.
Y pregunte ¿Por qué?
-Los choferes de los carritos siguieron
siendo los mismos y, los pasajeros seguían creciendo en número.
Yo le dije
-aaaaa!!!!! Entiendo, no quisieron buscar más
carros, para así tener más plata y menos competencia
La línea de transporte
se conformó con habitantes de la población que tenían vehículos tipo malibu. Al
principio les parecieron bien, pero luego cuando las colas de pasajeros
comenzaban a ser cada día más largas, ya no sólo trasladaban las seis personas
de cuya capacidad eran estos carritos, sino hasta ocho personas. Me acuerdo cuando
acompañaba a mi abuela a la casa de la tía Hilda, mi abuela me decía:
-Venga hijito yo le llevo en las piernas.
Claro, Yo tenía
como unos ocho años, pero de igual forma era incomodo sobre todo cuando
pasábamos por una curva que todos se arrojaban sobre uno.
Tras aquellos malos
momento bastante desagradables recuerdo que algunas oportunidades muy
difíciles, debí correr y pedir la cola al conductor de un camión de gas junto a
otros desconocidos y conocidos como José Luis Toro, un compañero de estudio de
1997. Le pregunte antes de gritarle:
-¿Y como se llama?
Respondió José Luis.
-Se llama Auro y trabaja repartiendo gas.
Le dije:
A si, el es quien vende gas.
Le gritamos
corriendo.
-La cola, la cola por fa…
El detuvo el camión
y respondió:
-hasta Ejido los llevo OK.
Y dijimos:
-Está bien y al mirar atrás venían como unas
diez personas más para que les diera la cola.
Y dijo Auro:
-suban rápido porque voy retardado.
Ese día, como si
fuéramos bombonas de gas, nos movíamos de un lado a otro en aquel camión ya que
su estructura de amortiguación es muy rígida. Y entre comentarios malos y
buenos nos pasaba la molestia de haber esperado hasta más de dos horas una
buseta sin que llegara. Yo me puse a pensar en regresar a La Mesa.
La “Línea Campo
Elías”, ha conservado desde aquellos años esa mala y vieja práctica, de ser
pocos para que las ganancias del pasaje se quedaran entre ellos, olvidando algo
importante, servir al pasajero de forma
eficiente y con responsabilidad. Algunos usuarios y usuarios dicen:
-… la línea arrastró y sigue arrastrando esa mala forma
de trabajar, y se ha convertido en una pesadilla para todos los vecinos y
vecinas de aquí.
Yo le dije lo
siguiente:
-Pienso
que hemos sido extremadamente tolerantes. A la gente eso como que les gustó y
ya se acostumbró
Me respondió
-… claro, pero fíjese que ahora la comunidad ya no puede
soportar mas y habrá que buscarle una solución al esto.
Y concluí
-es verdad si…
Durante muchos años
la queja se convirtió en algo normal y cotidiano entre los usuarios. La queja se
mantuvo, pero nunca se materializó por de los pasajeros a ser vetados a subir
la buseta en alguna oportunidad.
Una vez llegando de
Ejido suspiré y dije:
!!!!!A!!!!!! La Mesa de los Indios, una población muy
bonita con más de 200 habitantes y ubicada a tan solo 10 kilómetros minutos de
Ejido. Recientemente cuando estábamos en la parada que
ubicada en la Plaza, frente a la Prefectura Parroquial, veía algunos sufriendo
de aquel fuerte sol, y otros bajos la sombra de los pequeños pinos, que por lo
menos no fueron acabados como los de la plaza de Ejido, pensaba en muchas
oportunidades, sí me venía caminando hasta la entrada José Adelmo Gutiérrez,
donde funciona una buena línea de transporte con muchas unidades, o seguir
esperando en la interminable cola aquí en la Mesa.
En la curva, así
llamada por la gente, los buses vienen llenos desde la parada de José Adelmo, pero
con la incertidumbre de que te puedan robar según dicen los vecinos, porque hay
mucho delincuente y drogadicto. Un día, tras padecer aquellas interminables
colas, decidí irme tras el señor Freddy
quien ya tenia mucho tiempo esperando y se había ido caminando. Yo le acompañé
hasta la curva y, durante el camino me dijo:
-que vaina con ese transporte ¿no?
Le respondí
-pues si, yo tenía como una hora esperando
Me dice con voz
furiosa.
-Eso es nada, yo tengo desde las 6 y 45de la
mañana y había una cola que llegaba hasta la otra esquina de la plaza llegaron dos busetas, y se fueron hasta las
medias de pasajeros.
Le respondí
-con razón la gente esta bastante molesta. Habrá que
buscar pronto una solución.
Y así seguimos
hablando hasta llegar a la entrada de José
Adelmo Gutiérrez. A los dos minutos venia un bus les extendimos la mano en seña
de pedir parada y nos subimos hasta llegar a Ejido.
La situación siguió
empeorando de manera continua. En febrero del año 2010, ya la situación era
insostenible y se volvió extremadamente crítica. Me enteré en la parada que se
habían accidentado otras unidades de transporte, sumándose a las que ya estaban
en mantenimiento y fuera de servicio, y sólo quedaban tres unidades, donde sus
choferes debían debatirse entre hacer el traslado hasta Mérida -viaducto de la
26-, como esta definido o traer los pasajeros hasta Ejido, para medio paliar un
poco la situación. Cuando los pasajeros se enteraron de esto, ya no era una
queja sino una !!!! tremenda !!!! Arrechera ! y pude notarlo en la cara de
muchos que dijeron:
-ahora si se cago la perra en el nido…
Y respondió otro:
-es que este pueblo esta maldito
Y pregunte Yo
-¿Por qué dice eso?
El me dijo.
-Una vez torearon una vaca y el padre que
estaba aquí, maldijo al pueblo por tan aberrante acto.
Y otro refutó
-No, Yo no creo en eso, para mi es que por
ser un pueblo de indios, pues las cosas no salen bien porque los indios no
saben nada y, menos esos indios transportistas que son quienes manejan las
busetas.
Me quedé callado,
porque no valía discutir con alguien que poco sabía. Paso un largo rato, algo
así como media hora y llegaron dos busetas y dijo Yony Puente, conductor de una
buseta:
-Estamos llegando sólo hasta Ejido porque está
Ramón –lobo- y yo trabajando.
La gente quien ya
conocía de la decisión y con la cara dura, se molestó y dijeron algunos:
-pero la ruta es hasta Mérida y ahora tendré
que pagar dos pasajes
Respondió Yony,
-Tranquilos Agarren el trole, para que no
lleguen mas tarde de lo que es.
Le dijo una chica:
-Claro como usted no tiene un horario fijado
pues puede decirlo.
La línea Campo
Elías atravesaba uno de los peores momentos de su mala historia operativa. Y
–pa ñapa- las pocas unidades de transporte accidentadas de forma encadenada y,
peor aun, algunos de los choferes con sus buses, que se habían incorporado dos
o tres años antes, se fueron a trabajar en José Adelmo Gutiérrez.
A pesar de las
irregularidades y banalidades que dice la gente de que somos así por ser un
pueblo descendiente de indios, yo seguí y sigo esperando buseta, pero la falta
de organización y trabajo mancomunado entre los consejos comunales del pueblo,
y la directiva de la línea, pues la solución se veía todavía muy lejos.
En marzo de ese
año, el presidente Marcelino y el secretario de reclamos Alonso Mercado,
representantes de la línea, en medio de una reunión urgente en la prefectura de
la comunidad, bajo la presión de los pasajeros y sobre todo por la falta de
unidades de transporte, lo cual se traducía en el prolongado mal servicio, Alonso
alegó:
-Nosotros no hemos recibido el apoyo de los
organismos respectivos.
Y alguien preguntó
-¿y que han solicitado y a que organismo lo han hecho,
porque llevamos tiempo escuchando eso?
Alonso respondió
-nosotros introducimos ante Fontur –Fondo
Nacional de Transporte Urbano- un proyecto solicitando unidades de transporte
para repotenciar el servicio.
Y alguien preguntó:
-¿Por qué no piden apoyo a la línea de José Adelmo?
Respondió
-Porque, eso significaría la destrucción de
la línea
Alguien un poco
escondido dijo:
-pero si es que ya esta acabada.
En abril del 2010,
la ausencia del servicio, aceleró entre algunos choferes de vehículos tipo
malibu, la idea de crear una línea de taxis, ya que no existía. Ellos eran
sabedores que gran parte de las personas
que –obligadamente tenía que pagar un taxi de Ejido hasta la Mesa- de hasta 50
bolívares por una carrera. Tan importante fue la idea que se multiplicó por
todo el pueblo y los proponentes hicieron un llamado mediante una invitación
hecha en cartulina y pegada en la pared de la prefectura. Llamaron a una
reunión urgente a todos los pasajeros para presentar de manera formal la
propuesta y las ventajas principalmente, con la particularidad de que era un
momento estratégico, por cuanto la línea estaba atravesando un mal que arrastraban
consigo desde hace años. Asistieron choferes de la línea y, algunos en la cara se
les veían que tal idea no era grata. Se decidió aquella noche acerca de su
operatividad, luego de tramitar los permisos respectivos ante la alcaldía Campo
Elías. Al día siguiente usuarios que no habían estado presente en la reunión dijeron:
¿Y los taxis donde están?
Alguien dijo:
-no señor, la reunión de anoche era solo para presentar
la propuesta, quizás la otra semana. Depende de los motivos y razones que la
cooperativa exponga ante la alcaldía, para que comiencen a trabajar y simultáneamente
tramitar los permisos.
A mediados de mayo,
la cooperativa de taxis La Mesa, que había sido bautizada, como los rapiditos, mediante reunión
convocada en la prefectura, donde concurrió una gran cantidad de personas, e
incluso, representantes de la línea, dijeron entre otras cosas:
- la línea esta totalmente registrada y
comenzaremos a trabajar todos los carros mañana mismo.
Aquel aparente
alivio –sobre todo para quienes tiene mucho dinero- se contagió entre la
mayoría, pero todo se desbalanceo cuando Marcelino el presidente de la línea
-en problemas- dijo:
-Le manifiesto que debido a las pocas
unidades que hoy tenemos, las busetas sólo llegaran hasta Ejido, acuerdo que
tomamos la mayoría de socios de la línea.
La gente se
alborotó, rechazando tal medida y alegaron:
-Ahora tendremos que hacer trasbordo y pagar
el doble del pasaje.
La furia de muchos
y muchas se contuvo cuando los representantes de la cooperativa de taxis
dijeron:
-la tarifa será de 5 bolívares por persona,
¿les parece bien?
La mayoría en medio
de la molestia
Respondieron:
- sí, estamos de acuerdo, pero eso si que
trabajen, que no vayan hacer lo que ciertos choferes hacen a medio día, que se
van y salen es a partir de las 2 y 30 de la tarde.
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