12 nov 2013

Crónica: Me Cansé de Esperar Buseta





Fotografía: Alexis Altuve. Comunidad de la Mesa de los Indios, Municipio Campo Elías, Estado Mérida

 Autor:  José Valero.

Cuando comencé a estudiar fuera del pueblo de La Mesa de los Indios, forme parte de los pasajeros, que ya venían quejándose del mal servicio de transporte existente desde hace más de 30 años. Varias mañanas me  vine colgado de la puerta del bus y en otras oportunidades en las busetas con la espalda doblada.

El servicio desde sus inicios fue bueno y recuerdo que me comentó mi abuela Elvia Aparicio.
-muchos pero muchos años mas tarde, comenzó a ser deficiente.

Y pregunte ¿Por qué?
-Los choferes de los carritos siguieron siendo los mismos y, los pasajeros seguían creciendo en número.

Yo le dije
-aaaaa!!!!! Entiendo, no quisieron buscar más carros, para así tener más plata y menos competencia
La línea de transporte se conformó con habitantes de la población que tenían vehículos tipo malibu. Al principio les parecieron bien, pero luego cuando las colas de pasajeros comenzaban a ser cada día más largas, ya no sólo trasladaban las seis personas de cuya capacidad eran estos carritos, sino hasta ocho personas. Me acuerdo cuando acompañaba a mi abuela a la casa de la tía Hilda, mi abuela me decía:

-Venga hijito yo le llevo en las piernas.

Claro, Yo tenía como unos ocho años, pero de igual forma era incomodo sobre todo cuando pasábamos por una curva que todos se arrojaban sobre uno.

Tras aquellos malos momento bastante desagradables recuerdo que algunas oportunidades muy difíciles, debí correr y pedir la cola al conductor de un camión de gas junto a otros desconocidos y conocidos como José Luis Toro, un compañero de estudio de 1997. Le pregunte antes de gritarle:

-¿Y como se llama?

Respondió José Luis.
-Se llama Auro y trabaja repartiendo gas.

Le dije:
A si, el es quien vende gas.

Le gritamos corriendo.
-La cola, la cola por fa…

El detuvo el camión y respondió:
-hasta Ejido los llevo OK.

Y dijimos:
-Está bien y al mirar atrás venían como unas diez personas más para que les diera la cola.

Y dijo Auro:
-suban rápido porque voy retardado.

Ese día, como si fuéramos bombonas de gas, nos movíamos de un lado a otro en aquel camión ya que su estructura de amortiguación es muy rígida. Y entre comentarios malos y buenos nos pasaba la molestia de haber esperado hasta más de dos horas una buseta sin que llegara. Yo me puse a pensar en regresar a La Mesa. 

La “Línea Campo Elías”, ha conservado desde aquellos años esa mala y vieja práctica, de ser pocos para que las ganancias del pasaje se quedaran entre ellos, olvidando algo importante,  servir al pasajero de forma eficiente y con responsabilidad. Algunos usuarios y usuarios dicen:

-… la línea arrastró y sigue arrastrando esa mala forma de trabajar, y se ha convertido en una pesadilla para todos los vecinos y vecinas de aquí.
Yo le dije lo siguiente:

 -Pienso que hemos sido extremadamente tolerantes. A la gente eso como que les gustó y ya se acostumbró

Me respondió
-… claro, pero fíjese que ahora la comunidad ya no puede soportar mas y habrá que buscarle una solución al esto.

Y concluí
-es verdad si…

Durante muchos años la queja se convirtió en algo normal y cotidiano entre los usuarios. La queja se mantuvo, pero nunca se materializó por de los pasajeros a ser vetados a subir la buseta en alguna oportunidad.

Una vez llegando de Ejido suspiré y dije:

!!!!!A!!!!!! La Mesa de los Indios, una población muy bonita con más de 200 habitantes y ubicada a tan solo 10 kilómetros minutos de Ejido. Recientemente cuando estábamos en la parada que ubicada en la Plaza, frente a la Prefectura Parroquial, veía algunos sufriendo de aquel fuerte sol, y otros bajos la sombra de los pequeños pinos, que por lo menos no fueron acabados como los de la plaza de Ejido, pensaba en muchas oportunidades, sí me venía caminando hasta la entrada José Adelmo Gutiérrez, donde funciona una buena línea de transporte con muchas unidades, o seguir esperando en la interminable cola aquí en la Mesa. 

En la curva, así llamada por la gente, los buses vienen llenos desde la parada de José Adelmo, pero con la incertidumbre de que te puedan robar según dicen los vecinos, porque hay mucho delincuente y drogadicto. Un día, tras padecer aquellas interminables colas, decidí irme tras  el señor Freddy quien ya tenia mucho tiempo esperando y se había ido caminando. Yo le acompañé hasta la curva y, durante el camino me dijo:

-que vaina con ese transporte ¿no?
Le respondí
-pues si, yo tenía como una hora esperando

Me dice con voz furiosa.
-Eso es nada, yo tengo desde las 6 y 45de la mañana y había una cola que llegaba hasta la otra esquina de la plaza  llegaron dos busetas, y se fueron hasta las medias de pasajeros.

Le respondí
-con razón la gente esta bastante molesta. Habrá que buscar pronto una solución.

Y así seguimos hablando hasta llegar a la entrada de  José Adelmo Gutiérrez. A los dos minutos venia un bus les extendimos la mano en seña de pedir parada y nos subimos hasta llegar a Ejido.

La situación siguió empeorando de manera continua. En febrero del año 2010, ya la situación era insostenible y se volvió extremadamente crítica. Me enteré en la parada que se habían accidentado otras unidades de transporte, sumándose a las que ya estaban en mantenimiento y fuera de servicio, y sólo quedaban tres unidades, donde sus choferes debían debatirse entre hacer el traslado hasta Mérida -viaducto de la 26-, como esta definido o traer los pasajeros hasta Ejido, para medio paliar un poco la situación. Cuando los pasajeros se enteraron de esto, ya no era una queja sino una !!!! tremenda !!!! Arrechera ! y pude notarlo en la cara de muchos que dijeron:

-ahora si se cago la perra en el nido…

Y respondió otro:
-es que este pueblo esta maldito

Y pregunte Yo
-¿Por qué dice eso?

El me dijo.
-Una vez torearon una vaca y el padre que estaba aquí, maldijo al pueblo por tan aberrante acto.

Y otro refutó
-No, Yo no creo en eso, para mi es que por ser un pueblo de indios, pues las cosas no salen bien porque los indios no saben nada y, menos esos indios transportistas que son quienes manejan las busetas. 

Me quedé callado, porque no valía discutir con alguien que poco sabía. Paso un largo rato, algo así como media hora y llegaron dos busetas y dijo Yony Puente, conductor de una buseta:

-Estamos llegando sólo hasta Ejido porque está Ramón –lobo- y yo  trabajando.

La gente quien ya conocía de la decisión y con la cara dura, se molestó y dijeron algunos:
-pero la ruta es hasta Mérida y ahora tendré que pagar dos pasajes

Respondió Yony,
-Tranquilos Agarren el trole, para que no lleguen mas tarde de lo que es.

Le dijo una chica:
-Claro como usted no tiene un horario fijado pues puede decirlo.

La línea Campo Elías atravesaba uno de los peores momentos de su mala historia operativa. Y –pa ñapa- las pocas unidades de transporte accidentadas de forma encadenada y, peor aun, algunos de los choferes con sus buses, que se habían incorporado dos o tres años antes, se fueron a trabajar en José Adelmo Gutiérrez.

A pesar de las irregularidades y banalidades que dice la gente de que somos así por ser un pueblo descendiente de indios, yo seguí y sigo esperando buseta, pero la falta de organización y trabajo mancomunado entre los consejos comunales del pueblo, y la directiva de la línea, pues la solución se veía todavía muy lejos.

En marzo de ese año, el presidente Marcelino y el secretario de reclamos Alonso Mercado, representantes de la línea, en medio de una reunión urgente en la prefectura de la comunidad, bajo la presión de los pasajeros y sobre todo por la falta de unidades de transporte, lo cual se traducía en el prolongado mal servicio, Alonso alegó:

-Nosotros no hemos recibido el apoyo de los organismos respectivos.
Y alguien preguntó

-¿y que han solicitado y a que organismo lo han hecho, porque llevamos tiempo escuchando eso?

Alonso respondió
-nosotros introducimos ante Fontur –Fondo Nacional de Transporte Urbano- un proyecto solicitando unidades de transporte para repotenciar el servicio.

Y alguien preguntó:
-¿Por qué no piden apoyo a la línea de José Adelmo?

Respondió
-Porque, eso significaría la destrucción de la línea

Alguien un poco escondido dijo:
-pero si es que ya esta acabada.

En abril del 2010, la ausencia del servicio, aceleró entre algunos choferes de vehículos tipo malibu, la idea de crear una línea de taxis, ya que no existía. Ellos eran sabedores que  gran parte de las personas que –obligadamente tenía que pagar un taxi de Ejido hasta la Mesa- de hasta 50 bolívares por una carrera. Tan importante fue la idea que se multiplicó por todo el pueblo y los proponentes hicieron un llamado mediante una invitación hecha en cartulina y pegada en la pared de la prefectura. Llamaron a una reunión urgente a todos los pasajeros para presentar de manera formal la propuesta y las ventajas principalmente, con la particularidad de que era un momento estratégico, por cuanto la línea estaba atravesando un mal que arrastraban consigo desde hace años. Asistieron choferes de la línea y, algunos en la cara se les veían que tal idea no era grata. Se decidió aquella noche acerca de su operatividad, luego de tramitar los permisos respectivos ante la alcaldía Campo Elías. Al día siguiente usuarios que no habían estado presente en la reunión dijeron:

¿Y los taxis donde están?

Alguien dijo:
-no señor, la reunión de anoche era solo para presentar la propuesta, quizás la otra semana. Depende de los motivos y razones que la cooperativa exponga ante la alcaldía, para que comiencen a trabajar y simultáneamente tramitar los permisos.

A mediados de mayo, la cooperativa de taxis La Mesa, que había sido bautizada, como los rapiditos, mediante reunión convocada en la prefectura, donde concurrió una gran cantidad de personas, e incluso, representantes de la línea, dijeron entre otras cosas:

- la línea esta totalmente registrada y comenzaremos a trabajar todos los carros mañana mismo.

Aquel aparente alivio –sobre todo para quienes tiene mucho dinero- se contagió entre la mayoría, pero todo se desbalanceo cuando Marcelino el presidente de la línea -en problemas- dijo:

-Le manifiesto que debido a las pocas unidades que hoy tenemos, las busetas sólo llegaran hasta Ejido, acuerdo que tomamos la mayoría de socios de la línea.

La gente se alborotó, rechazando tal medida y alegaron:
-Ahora tendremos que hacer trasbordo y pagar el doble del pasaje.

La furia de muchos y muchas se contuvo cuando los representantes de la cooperativa de taxis dijeron:
-la tarifa será de 5 bolívares por persona, ¿les parece bien?

La mayoría en medio de la molestia
Respondieron:

- sí, estamos de acuerdo, pero eso si que trabajen, que no vayan hacer lo que ciertos choferes hacen a medio día, que se van y salen es a partir de las 2 y 30 de la tarde.

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