Pastora Moreno Espinosa *
RESUMEN:
Los géneros de opinión de un periódico impreso, nos pueden vislumbrar toda la
problemática de un hecho histórico, político, social, cultural, económico,
etc., y no sólo eso, sino también, la realización de un proceso de
investigación a través del suceso, con relación a un determinado tema,
partiendo de una hipótesis hasta llegar a los últimos resultados del mismo.
Anteriormente, los medios apostaban más por los géneros de opinión, mientras
que ahora esa importancia ha descendido, lo que a su vez ha provocado que los
géneros informativos tengan una mayor carga de opinión que antes. Para
referirnos en concreto a los rasgos diferenciales de los géneros periodísticos,
temática de nuestra ponencia, en primer lugar, hay que decir que la información
y la opinión no siempre aparecen separadas de forma nítida en los textos
periodísticos. El estilo, la función que desempeñen y las marcas gráficas y de
sección que los medios emplean para separarlos serán, pues, nuestro objeto de
estudio y los elementos que nos permitan discernir el género ante el que nos
encontramos.
La comunicación periodística es un
proceso de interrelación de individuos y grupos sociales, cuya forma es el
mensaje. Y los mensajes son técnicas expresivas comunes a todo discurso.
Anteriormente, los medios apostaban
más por los géneros de opinión, mientras que ahora esa importancia ha
descendido, lo que a su vez ha provocado que los géneros informativos tengan
una mayor carga de opinión que antes.
Los géneros de opinión de un
periódico impreso, nos pueden vislumbrar toda la problemática de un hecho
histórico, político, social, cultural, económico, etc., y no sólo eso, sino
también, la realización de un proceso de investigación a través del suceso, con
relación a un determinado tema, partiendo de una hipótesis hasta llegar a los
últimos resultados del mismo.
Los géneros de opinión tienen tres
características fundamentales que les diferencian de los géneros informativos e
interpretativos. Éstas son:
No trabajan
directamente sobre los hechos, ya que éstos se han dado a conocer en la parte
del periódico dedicada a información.
No transmiten
datos.
Trabajan sobre
ideas y opiniones. Deducen consecuencias teóricas, políticas, culturales de lo
que sucede.
Es un hecho comprobado que el
periodismo se constituye como un proceso subjetivo, desde el momento en que es
realizado por una persona en concreto que tiene su propia visión de la
realidad.
Además de la subjetividad innata que
tiene todo sujeto, el segundo hecho fundamental que hace al periodismo
subjetivo es la selección. Desde el momento en que se selecciona qué
información se incluye en un medio y cuál se excluye, hay una opinión por parte
del periodista, así como en la ubicación de esa información en el medio (no es
lo mismo que vaya al principio que al final), qué espacio se le dedica, si
lleva foto y cómo es ésta, cómo se titula, qué se destaca en ella y desde qué
posición, etc. Todo ello son selecciones que se realizan de acuerdo a unos
criterios subjetivos y que dejan entrever la opinión del periodista con
respecto al hecho del que pretende informar o, a veces, desinformar.
Este tema de la opinión/subjetividad
en los medios algunas veces es evidente para muchos lectores, pero otras veces
pasa desapercibido para una gran cantidad de receptores de los medios de
comunicación. También, especialmente interesante es la presencia de la opinión
y la subjetividad en los géneros informativos en general y en las noticias en
particular.
Partimos de la hipótesis de que
existe en la mayoría (si no en todas) de las noticias de los diarios una
opinión más o menos oculta, a pesar de que todos los medios se consideran a sí
mismos como objetivos e independientes. Esta opinión, expresada de forma más o
menos explícita según los casos y que comienza con el mismo proceso de
selección que toda noticia conlleva en su elaboración, pasa en muchos casos
inadvertida por parte del lector medio. Una opinión que, por tanto, no se suele
ver clara, a no ser que nos encontremos ante periódicos sensacionalistas. Y una
opinión, en fin, que está presente en la muchas de las noticias bien en forma
más interpretativa, o en forma más evidente de juicio de valor.
De otra parte, el lenguaje y las
ideas que los medios de comunicación transmiten tratan de corresponderse con
las de su público. Esto se manifiesta especialmente en los géneros
periodísticos que José Luis Martínez Albertos, entre otros teóricos del
periodismo, engloba bajo el nombre de "comments". En cuanto a la
terminología, los teóricos no mantienen una postura homogénea. "Los
términos 'artículo' y 'comentario' son usados en sentido genérico para
referirse a cualquier texto periodístico de opinión y también para designar a
sendos géneros periodísticos de opinión con características propias de
estructura y de estilo, así como un objetivo propio",1 señalan E.
Armañanzas y J. Díaz Noci. En este punto hay que precisar que cada teórico del
periodismo sostiene una terminología, aunque los rasgos propios de cada género
presentan cualidades que, por el uso, permiten avanzar en el estudio de los
mismos.
En cuanto a la clasificación de los
géneros de opinión, José Luis Martínez Albertos habla de "cuatro géneros
fijos: información, reportaje, crónica y artículo".2 Dentro del artículo,
que el autor toma en sentido genérico, incluye el editorial, el comentario –que
equipara a la columna–, la crítica, el ensayo, el artículo costumbrista….
Además, el profesor Martínez
Albertos no ignora el caos terminológico que existe frente a estos subgéneros
periodísticos: "En España se hace un uso polivalente de la columna como
instrumento para el análisis y la opinión".3 Lorenzo Gomis alude de forma
genérica al comentario: "El comentario también tiene sus géneros y
subgéneros: además del editorial y el artículo, son comentarios las cartas de
los lectores, las críticas (…) y el chiste gráfico".4
Gonzalo Martín Vivaldi5 se centra en
el artículo; y dentro de éste, habla del de costumbres, del de humor y del
ensayo, aunque en el apéndice de su manual define también el editorial y la
columna.
Por su parte, Esteban Morán Torres6
se refiere al editorial, el comentario, la columna y la crítica, y puntualiza
que la confusión terminológica presente en esta área "dificulta el
reconocimiento del texto de opinión del cual se está hablando cuando
mencionamos los vocablos artículo, columna, comentario, que son los que
presentan mayor confusión, no sólo entre los teóricos, sino entre los autores
de los mismos textos".7
Para referirnos en concreto a los
rasgos diferenciales de los géneros periodísticos, en primer lugar, hay que
decir que la información y la opinión no siempre aparecen separadas de forma
nítida en los textos periodísticos. El estilo, la función que desempeñen y las
marcas gráficas y de sección que los medios emplean para separarlos serán,
pues, los elementos que permitan al lector discernir el género ante el que se
encuentra. En este punto es significativa la postura del catedrático de la
Universidad Complutense José Luis Martínez Albertos: "El campo del estilo
rigurosamente informativo está perdiendo terreno y las ganancias se trasladan
al campo de lo interpretativo".8
Como afirman Armañanzas y Díaz Noci:
"los géneros de opinión parten casi siempre de acontecimientos de
actualidad, si bien ésta, en algunos géneros, es más relativa que en los
géneros estrictamente informativos, y ofrecen también elementos
interpretativos. Pero aun van más allá, y se ocupan de la reflexión profunda
que la información de actualidad no puede ofrecer a los lectores".9
Otro de los rasgos que caracterizan
a los textos periodísticos de opinión es que se producen a raíz de un
acontecimiento noticioso del que previamente, o a la par mediante géneros
informativos, se ha informado a los lectores. "Se presupone de esta manera
que el receptor dispone de ciertos elementos que ya sabe; no solamente datos
objetivos, también valores, reglas de interpretación que se suponen compartidas
por la empresa periodística o el autor del texto y los lectores. Será este
acervo común, que denominamos contexto, lo que permitirá que el texto,
alternativa entre muchas posibles, obtenga también una interpretación, la única
entre las muchas posibles", como sostienen Armañanzas y Díaz Noci.10 O al
menos, la más aproximada a la intención inicial del emisor. Es importante el
establecimiento de un consenso por el que para un grupo de personas (por
ejemplo, los lectores de un periódico) se considera que los intereses de toda
la población son comunes, y la expresión de ello es que se asumen determinados
valores. Y, consecuentemente, ello tiene su reflejo en la lengua escrita, ya
que se asume que determinadas expresiones tienen determinados significados.
Así, una de las funciones del periodista (cualquiera, pero máxime para el de
opinión) es conocer con detalle cuáles son esos valores y expresiones de su
público, a la vez que, según Van Dijk, "no omitir circunstancias que
puedan influir negativamente sobre la conclusión final, no garantizar la
validez general de una justificación".11
Según Martínez Albertos, los textos
de opinión "no trabajan directamente sobre hechos, sino sobre ideas,
deducen consecuencias ideológicas, culturales, filosóficas… de unos
acontecimientos más o menos actuales".12 Para Lorenzo Gomis: "La
función de los comentarios publicados o emitidos en los medios impresos y
audiovisuales es la de estimular y enriquecer los comentarios del público,
ofrecer argumentos, razones, ejemplos, incitar a la audiencia a identificarse
con unos o con otros. Que el público comente lo que pasa, se esfuerce por
entenderlo, por prever y prevenir e influir en ello".13 Pero los medios de
comunicación, siguiendo a Armañanzas y Díaz Noci,14 no ejercen tanta influencia
a través de los comentarios que ellos mismos emiten en los textos de opinión,
sino al dar cuenta de los hechos que han ocurrido, es decir, al seleccionarlos,
postura que Gomis también sostiene: "La gran capacidad persuasiva de la
prensa no está tanto en aquellos textos a través de los que trate abiertamente
de persuadir de algo por medio de razones y argumentos, como a través de la
imagen continua de la realidad a través de los hechos que el medio selecciona
en cada noticia".15
Otro
aspecto interesante para comentar en este punto es el de la responsabilidad.
Armañanzas y Díaz Noci sostienen que, "aunque por cautela en la mayor
parte de las publicaciones las opiniones expuestas en los trabajos firmados son
responsabilidad de sus autores, lo cierto es que el periódico casi siempre
comparte de alguna manera las tesis recogidas en los comentarios, críticas,
ensayos… que se publican en sus páginas. El periódico elige sus firmas y, en
consecuencia, utiliza opiniones individuales para expresarse".16
Para concluir esta breve
introducción a los rasgos diferenciales entre el periodismo interpretativo y el
argumentativo, basta señalar en palabras de Armañanzas y Díaz Noci, que
"en la opinión, bien sea como portavoz de una publicación (el editorial) o
de un autor concreto (artículo firmado), se trata de encontrar el significado
de unos hechos; se pretende entenderlos al igual que en la interpretación pero,
mientras ésta da el sentido a las noticias, se abstiene de decir qué hay que
hacer; la función de opinar o editorialista pretende influir en el lector con
recomendaciones y consejos sobre el curso de la acción a seguir".17 La
persuasión en los textos argumentativos está sustentada, pues, en el prestigio,
en el reconocimiento público de quien escribe. Armañanzas y Díaz Noci lo
consideran "el argumento de autoridad",18 tan empleado también en
Publicidad.
Finalmente, es preciso recoger la
postura al respecto de Lorenzo Gomis: "De las opiniones conjuntas resultan
acciones en común. El medio sabe que el público expresa su criterio y que la
opinión estimula la opinión. Se trata de persuadir, no de coaccionar; lo
esencial es establecer solidaridad entre el influyente y el influido, y entre
éste y la colectividad".19
También en este mismo sentido se
manifiestan Diezhandino, Bezunartea y Coca cuando afirman que "existe una
tendencia creciente a rodear de una aureola excesiva de prestigio a los
opinadores".20
Por otro lado, Armañanzas y Díaz
Noci21 estructuran los textos de opinión según el método del análisis del
discurso de Van Dijk: "El texto se divide así en macroestructuras y
microestructuras. La macroestructura nos permite comprender, con leer el texto,
cuál es o cuáles son los temas expuestos y, de otro lado, qué tipo de texto es
(género)". Hay muchos tipos, pero la que interesa en este análisis es la
argumentativa, que incluye, siguiendo a estos autores, "tanto la
argumentación como la demostración, deudoras de la retórica clásica y de la
nueva retórica de Ch. Perelman".
Van Dijk sintetiza su esquema en
hipótesis o premisa y conclusión. En el medio nos encontramos con muchas
opciones válidas para la construcción del texto argumentativo. Según él,
"así, las hipótesis se subdividen en categorías y suposiciones, igual que
en la doctrina clásica de la argumentación se distinguía entre una premisa
mayor y otra menor".22
Armañanzas y Díaz Noci añaden que
"pueden aparecer refuerzos a la explicación principal, aún más, pueden y
deben aparecer argumentos: no se trata sólo de explicar qué ha pasado, sino
también cómo y por qué ha pasado (o puede pasar). Se trata de establecer una
relación entre precedente (un acontecimiento noticioso, en la mayoría de los
casos cuando se trata de un texto periodístico de opinión) y las consecuencias,
presentes o futuras, reales o posibles".23
Sin embargo, estas superestructuras
se materializan en microestructuras, basadas en la proposición, compuesta por
un predicado y varios argumentos. Nos encontramos aquí, siguiendo con
construcciones complejas, con que la construcción sintáctica debe estar al
servicio de la transmisión de hechos e ideas, es decir, de presupuestos y
consecuencias, y la complejidad de éstas se refleja inevitablemente en la
articulación de las proposiciones.
Pero, en general, Armañanzas y Díaz
Noci24 advierten de que la complejidad no quiere decir dificultad, sino densidad.
A continuación afirman: "Tras las proposiciones se hallan las secuencias.
Para que el significado que el medio ofrece sea exacto, no son suficientes las
proposiciones aisladas. Éstas se unen y articulan entre sí formando
secuencias". Por ello, en las secuencias siempre existe coherencia.
Aparte de esto, según su forma
discursiva, los géneros pueden tener diferentes tipos de mensaje:
- Un mensaje con
propósito informativo. Utilizan la forma expositiva, descriptiva y narrativa.
- Un mensaje con
propósito opinativo. Utilizan la forma argumentativa. Dentro de esta variante,
podemos encontrar:
El Artículo
La Columna
El Editorial
La Crítica
El Comentario
El Suelto
El artículo
Es el género periodístico que de
manera personal interpreta, informa, analiza los acontecimientos y establece
una tesis que luego constata. De los géneros de opinión, el artículo es quizá
el menos confidencial de todos, del mismo modo que el menos actual. Se
caracteriza visualmente por su extensión, que supera con creces a la de una
columna.
Su estructura está compuesta por una
proposición general que explica el tema e introduce el texto, continúa con
detalles menores, más tarde analiza (es la fase formativa), a continuación
comprueba y por último valora y concluye, además de apuntar las diversas
consecuencias y de hacer una llamada a tomar postura respecto de lo que se está
tratando en el texto.
La intención del artículo es la de
despertar la conciencia crítica de los lectores a través del análisis y la
interpretación pormenorizada de un tema.
El editorial
Es el género que expresa el criterio
del medio sobre los hechos más destacables. Ofrece el punto de vista
institucional y, como consecuencia de ello, la redacción se ve afectada por un
cierto protocolo, empleando un lenguaje menos personal. Suele tratar temas de
eminente actualidad aunque no se limita a ellos. La finalidad de este género es
la de intentar influir en la opinión pública.
Su estructura se divide en tres
partes, una informativa, en la que avanza el tema y que sirve para abrir el
texto, una segunda interpretativa, en la que el autor del editorial expone los
argumentos y las interpretaciones, y una última fase denominada deliberativa o
conclusiva. En ella se conceden las últimas apreciaciones sobre el tema y se cierra
el texto.
La columna
La columna analiza, interpreta y
valora, y su finalidad concreta es la de orientar al público sobre las
noticias.
Tiene tres características: la
periodicidad/actualidad, la titulación fija y el carácter emotivo con el que se
expresa.
La columna proporciona momentos de
recreación, motivo por el que se encuentra cerca de la literatura, tiene total
libertad temática y formal, hace uso habitual de la ironía y se establece con
frecuencia una identificación entre columnista y lector.
Este tipo de género ha de reunir
ciertos rasgos: ha de ser original, nueva, tiene que captar el interés del
público, no debe estar escrita en un tono propagandístico y ha de estar
dirigida hacia un beneficio social.
Su estructura es completamente libre,
aunque como modelo se puede aceptar el convencional de entrada, desarrollo y
conclusión.
Dicha estructura
aunada a sus características específicas de tono, lenguaje, título, espacio y
periodicidad, además de tema y la posibilidad de tratar uno o varios asuntos en
el mismo artículo, permite clasificar a la columna de la siguiente manera:
- Columna de opinión. Por su forma y tono
serio, parece un editorial. Sin embargo, todos los juicios que en ella se
expresan son responsabilidades del columnista, quien así lo acepta mediante su
firma. Puede incluso no presentarse esta diferencia en el uso del lenguaje y
sólo caracterizarse como columna por sus cualidades formales: título,
periodicidad y espacios fijos.
- Columna de información. Se le denomina
de este modo a la columna en la cual predomina la información sobre el
comentario o éste infiere por la manera en que el columnista trata la
información. Él es quien ha trabajado el material para integrar la columna y,
por lo mismo es responsable de lo que escribe.
- Columna humorística. Se escribe con el
propósito de divertir y entretener a los lectores. Su temática es diversa y los
comentario se caracterizan por su ironía.
- Columna de personalidades. El
columnista se ocupa de todas las personalidades de la comunidad que destacan en
algún momento o por algún motivo. Así, puede referirse a los funcionarios
públicos, a los deportistas ganadores de un premio o a los artistas famosos. En
suma, se ocupa de toda aquella persona que resulta interesante para los lectores.
- Columna revoltillo. Esta columna es
bastante frecuente. Presenta a sus lectores un poco de todo. Está formada por
una gran variedad de temas. Por ejemplo, el columnista comenta algún
acontecimiento en tono editorial y a renglón seguido cambia de tono. Después
hace otro comentario, con el mismo tono serio de un principio o con un enfoque
picaresco. Además de esto, en la columna revoltillo se pueden hacer otras
muchas combinaciones.
La crítica
La misión de la crítica es la de
orientar a la opinión pública, razón por la que ha de ser informativa. Es un
género que está inserto en el mundo de la cultura, del arte, y suele
circunscribirse a un lector interesado por este ámbito y quizá por ello es un
género aparte. En concreto, se ocupa de la labor de un artista y no de sus
interioridades.
La crítica se identifica, al margen
de por la ficha técnica que ha de llevar y que recoge los datos fundamentales
del objeto de análisis, por el lenguaje que emplea, ya que de todos los géneros
de opinión, suele ser el más intelectual.
La estructura que el crítico utiliza
para este género es totalmente libre. A menudo, en las publicaciones que dejan
espacio entre sus páginas para las críticas se encuentran artistas o literatos
de reconocido prestigio que ofrecen su opinión sobre tal o cual obra.
Las características
específicas de la crítica son:
- La ficha técnica,
con los datos más importantes de la obra.
- Un título
generalmente connotativo.
- Flexibilidad en
la redacción del texto, en el que suelen aparecer:
*Los antecedentes
de la obra, datos del autor y producciones anteriores.
*El argumento o al
menos, parte de éste.
*El veredicto del
crítico sobre la obra.
Además, la crítica ha de informar
fielmente, evitar la tendencia a la destrucción y al elogio, ser ponderada y
justa, analítica y sintética, de espíritu reflexivo, de tono respetuoso,
ecuánime y, por último, de un estilo denso, preciso, ágil y claro.
La clasificación de la crítica puede
ser muy variada: literaria, de cine, teatral, de ópera, de ballet, musical,
deportiva, taurina (se pisa con la crónica), entre otras muchas.
Su función, por otra parte, ha de
ser la de informar, orientar y educar, aunque sí es necesario tener muy
presente a la hora de escribir una crítica, que es importante no contar al
lector lo que éste tiene que descubrir en la obra.
El comentario
Es un género de opinión
caracterizado por su brevedad, que acompaña generalmente a la sección de
sociedad o que tiene que ver con frecuencia con la opinión de un entendido
sobre cuestiones livianas que no tienen una gran implicación social.
Va firmado casi siempre, y enjuicia
temas candentes de cada sección informativa. Se suele encargar a especialistas,
cuando no los firman los propios jefes de sección. El hecho de que los
comentarios sean responsabilidad de personal de plantilla del periódico es un
punto a favor de éstos, ya que demuestra que el diario dispone de un grupo de
profesionales capaces de enjuiciar un acontecimiento aportando soluciones. Son textos ligados al editorial, en la
medida que se aleja en su redacción del lucimiento estilístico para profundizar
en la información. El comentarista tiene un margen mayor que el editorialista a
la hora de escribir, ya que se despoja de la seriedad y rigidez propias del
editorial para comentar una noticia. Finalmente, en cuanto al esquema del
comentario, lo importante de cara a su efectividad es cuidar el comienzo y fin
del mismo.
El suelto
Se trata de una variante del
editorial, que ocupa algunos huecos de las páginas de opinión y que son
pequeños apuntes sobre cuestiones de actualidad que lo que hacen es ofrecer una
opinión sintética del medio con respecto a algún tema. Pero el suelto no es lo
mismo que el editorial, pues, aunque coincidan la mayoría de las veces en su
autoría institucional política, el editorial suele tener una mayor extensión y
una argumentación y unos rasgos estilísticos diferenciados.
Para muchos lectores, el suelto
suple al editorial gracias a su corta extensión, de ahí su importancia. Suelen
ser trabajos anónimos o firmados con seudónimos. Están escritos en un tono más
desenfadado que el editorial, haciendo gala de cierta ironía, párrafos breves,
mostrando un tono coloquial, sin retoricismos. Periódicos como El Mundo o ABC
otorgan a este género unos espacios generosos. Los sueltos también se
diferencian de la simple nota, de la gacetilla, porque no sólo informan sino
que juzgan y valoran.
En resumen, la totalidad de los
textos de opinión que se publican en un diario no aparece en la sección
Opinión. El propio Libro de Estilo de El Mundo apunta al respecto: "Los
artículos firmados pueden aparecer indistintamente en esas páginas que abren
cada día el número de El Mundo (se refiere a las de Opinión) o dentro de
cualquiera de sus secciones informativas, siempre que hagan alusión a las áreas
de interés de la sección en que aparezcan".25 Además apunta que los no
firmados sólo se publican en las páginas de Opinión.
Por otro lado, el hecho de que cada
articulista tenga un estilo propio bien diferenciado repercute en la afiliación
de los lectores al medio. Es interesante constatar aquí la complementariedad
que ejercen entre sí los textos informativos que se publican en un diario con
los argumentativos. Normalmente refuerzan una misma idea, aunque trazada con
distintos matices.
La columna, el comentario y la
crítica son los tres géneros argumentativos que más licencias estilísticas
ofrecen al opinador. El despliegue de recursos lingüísticos es interminable,
desde figuras retóricas hasta juegos de estructuras. El lector admite al
firmante como el filtro entre la realidad social y su propio ser. Lo sabe y
existe un compromiso explícito en que así lo haga. Prueba de ello es que cada
cual tiene sus opinadores preferidos en cada diario. Y es que no hay que
olvidar que el opinador, antes que eso es periodista, y su función es
interpretar la realidad. El modo en que lo haga es el que definirá el género
resultante.
En conclusión, cada publicación
periódica tiene su personalidad comparable a la de cada ser humano y manifestada
externamente en el soporte físico del papel, en su estructura y confección e,
internamente, en el lenguaje que emplea y la ideología que transmite a través
de ese lenguaje.
Es necesario destacar que el
lenguaje empleado por cada periódico responde, en general, al lenguaje del
grupo social o sociolecto de sus más asiduos lectores.
En definitiva, todo texto en un
periódico, bien firmado por un periodista de plantilla o por un colaborador, es
siempre una posición que compromete también al periódico como institución.
_____
Notas:
1 E. ARMANANZAS y
J. DÍAZ NOCI: Periodismo y argumentación: Géneros de opinión, más allá de la
interpretación. Universidad del País Vasco. 1996.
2 José Luis
MARTÍNEZ ALBERTOS: Curso General de Redacción Periodística. Paraninfo, 1996.
3 Lorenzo GOMIS: El
medio media: la función política de la prensa. Seminarios y Ediciones. Madrid.
1974.
4 Ibídem pág. 125.
5 Gonzalo MARTIN
VIVALDI: Curso de redacción. Paraninfo. Madrid.1976.
6 Esteban MORAN
TORRES: Géneros del periodismo de opinión. Eunsa. Pamplona. 1988.
7 Ibídem pág. 187.
8 MARTÍNEZ
ALBERTOS, J.L., Op. Cit. pág. 321.
9 ARMAÑANZAS, E. y
DÍAZ NOCI, J., Op. Cit. pág. 119.
10 Ibídem, pág.
120.
11 Teun A. VAN
DIJK: La noticia como discurso. Comprensión, estructura y producción de la información.
Paidós, Barcelona, 1990.
12 MARTÍNEZ
ALBERTOS, J.L., Op. Cit. pág. 311.
13 GOMIS, L., Op.
Cit. pág. 114.
14 ARMAÑANZAS, E. y
DÍAZ NOCI, J., Op. Cit. pág. 123.
15 GOMIS, L., Op.
Cit. pág. 115.
16 ARMAÑANZAS, E. y
DÍAZ NOCI, J., Op. Cit. pág. 125.
17 Ibídem, pág.
125.
18 Ibídem, pág.
127.
19 GOMIS, L., Op.
Cit. pág. 121.
20 BEZUNARTEA, O;
DIEZHANDINO, M. P. Y COCA, C. "Fuentes y élites periodísticas", en
Estudios de Periodística III. Pamplona. 1994.
21 ARMAÑANZAS, E. y
DÍAZ NOCI, J., Op. Cit. pág. 132.
22 VAN DIJK, T. Op.
Cit. pág. 88.
23 ARMAÑANZAS, E. y
DÍAZ NOCI, J., Op. Cit. pág. 133.
24 Ibídem, pág.
133.
25 Diario El Mundo.
Libro de Estilo.
- Pastora Moreno Espinosa es docente de
la Universidad de Sevilla, en España. Esta comunicación fue presentada en
la IV Bienal Iberoamericana de Comunicación (sociedad, información y
conocimiento) realizada en San Salvador entre el 17 y el 19 de septiembre
de 2003, la cual se reproduce en SdP con la autorización de los
organizadores.